jueves, 30 de junio de 2011

pensá en verde con soundtrack incluido

El verdecito me da moho, témpera aguada, crayones de mala calidad, pasto sintético de cancha de 5 del Maldonado... no sé.
De todos modos, face it! no hay opción. TODOS los fondos de pantalla son una cagada.

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Creo que prefiero el moho. Abrir la compu en el laburo y ver un lugar de aguas cristalinas, palmeras, una playa de la concha de la lora es contraproducente. Te estresa.
Hay dos opciones:

Opción 1: mirás por la ventana y descubrís que estás en pleno microcentro, que hace un ofri de cagarse y que encima el poco cielo que podés adivinar entre los edificios está gris como tu suerte... ¿qué hacés? Vas y te mamás! Disfrazalo de after office, disfrazalo de "me tomo una copita de vez en cuando"... poné la excusa que quieras. La verdad es que te la querés pegar!

Opción 2 (ahora hacé click en el video):




 Enterrás la jeta en la pantalla y completás el paisaje; generalmente no hay nadie. So... ahí vas vos, caminando con una microbikini hacia la barra del balneario, CERO celulitis y George Clooney  está ahí y te mira... te mira... te mira... vos, nada. Obvio que espiás porque tenés calzados unos increíbles Ray-Ban (de los posta, no los de Retiro). Media sonrisa, te inclinás apenas sobre la barra (si la hacemos completa lo tenemos a Tom revoleando la coctelera, enano y narigón pero HARTO sexy!) y ahí entra en juego el timing... FUNDAMENTAL! Medís al barman y a esa increíble creación de la naturaleza. De acuerdo con las estadísticas de Hollywood (y, probablemente, con alguna investigación de la Universidad de Massachusetts)  los dos deberían llegar al mismo tiempo y JUUUUUSTO cuando estás por pedir... yep! George sabe cuál es tu cóctel favorito (sorry, no pongo trago; en esta fantasía las cosas se nomenclan en español neutro) y lo pide él.

Así estás... sonriendo, SOLA, frente a una pantalla y escuchando una voz masculina. Sonreís. ¡Boluda! Hacé un F5 URGENTE!

Tu jefe te está hablando.

(suspendé videoooooooooo!!!!)

Todo se precipita. George se desvanece, mirás por la ventana y descubrís que estás en pleno microcentro, que hace un ofri de cagarse y que encima el poco cielo que podés adivinar entre los edificios está gris como tu suerte (deja vú??? la matrix no está funcionando!). Y tu jefe te habla y vos no la podés creer. Querés convertirlo mentalmente en esa terrible bestia que estaba a punto de pedirte un Speed con vodka. No hay caso. Ponés cara de que "sí, sí... ¿cómo no?... ahora va..." y no tenés ni puta idea de lo que te acaba de decir. Puede ser cualquier cosa, menos ofrecerte un cóctel; eso seguro.
Ya! Entrá al feisbuc de carusa y buscá algún evento para esa noche donde haya happy hour... YA!

Con cualquiera de las dos opciones, terminás en el alcohol. Un bajón.



Relajate, respirá y cambiá el fondo a verde. O cambiá de laburo. O pensá en verde.

sobre la serpiente asesina de lana y polyester. o cómo todos los colorados son de Racing.

Te lo dije. El macrismo atenta contra el deseo sexual de los porteños. Aunque tampoco hay que ser dogmáticos. El pluralismo en el sexo siempre es bueno (mirala a la putita...). Te lo digo por lo del sueño, ¿no? La cosa no es: si no calienta, es macrista. Por ejemplo, un amigo mío me explicó una vez una teoría que tenía sobre Racing y los colorados. Para él, todos los pelirrojos eran de Racing. Ahora, no es que si uno iba  a la cancha no iba a encontrar morochos, rubios, castaños. Digamos que la hipótesis sólo corría en un sentido. Simplemente, todos los colorados son de Racing...Creo que la cosa va por ahí...

Ahh, sí. Algo más. Seguro ya te diste cuenta. Yo te lo digo como para que no te enojes, ¿viste? Porque acabo de llegar. Me vine caminando de Plaza Italia. Sí, con este frío. Imaginate. Nunca amé tanto a las puertas... Y encima la bufanda esta de mierda que yo estoy segura que me quiere matar. No, en serio. Vos cagate de risa, pero me quiere matar. Es como una serpiente de lana y polyester. Siento cómo se le tensan los tendones hilados en cada paso que doy.  Sí, no. ya sé. Jodete. Pero, nada. Volviendo. Llego, abro y veo el fondito. Y... no... todo bien. Porque en realidad no lo habíamos hablado a esto... no, sí. Yo sé que te gusta...que la naturaleza... la libertad... claro. Pero no te pongas mal porque me RE COPÓ. En serio, eh...Pasa que me gustaría saber dónde es. ¿Sabés, vos? Porque es parecido a los fondos de pantalla del Windows, ¿no? Cuando lo ví me pareció eso y me pregunté, ¿existirán esos lugares de verdad? Digo, esos que aparecen en los fondos de pantalla.  Porque así sería más fácil imaginarme, ¿no? Yo, vos, ahí, con las nubes...Pero todo bien, eh. Si querés cambiá el mío. Como que, todo bien. A mí me da igual. Me gustó el verdecito, nada más. Eso...

miércoles, 29 de junio de 2011

medianoche de día impar de mes par de año impar

Estuve pensando en lo que hablamos y tenés razón. Los de derecha son incogibles. Revisé mentalmente la lista de emergencia y la analicé. Fuck!

No puedo creer que mi deseo esté politizado. Me niego. Estoy en el horno! Vos viste que los derecha son más rubiecitos, limpitos. Tienen un trabajo identificable y una carrera terminada. Saben que van a casarse y saben también, aunque no lo digan, que van a engañar a sus esposas. Generalmente te pasan a buscar en auto, te invitan todo lo que tomás. Son predecibles. No se despeinan. Si van a tener sexo se quitan la ropa con cuidado y suele haber una expresión de sorpresa si vos les decís que tenés forro. 15 minutos. Listo. Se van para no molestar y para que tus vecinos no piensen que sos una cualquiera. Son atentos hasta para ser (o parecer) patéticos... De alguna forma una se siente cuidada.

Los de izquierda, hippies roñosos, de pantalones Balhi o jeans rotos. Llegan apenas para juntar los 5 pe para comprar la birra en el chino (y una le tiene que prestar las monedas que faltan!), desaliñados, rastafaris, viscerales, con morral exótico, zapatillas rotas y una cadencia al hablar que te deja con la boca abierta, babeando. Generalmente tienen ganas de cambiar el mundo y sueltan impunemente una serie de afirmaciones: una tras otra; sin prisa pero sin pausa. Y mientras te lo cuentan, vos lo que vas pensando es cómo podés decir algo sensiblemente inteligente para interrumpir esa maravillosa disertación y llevártelos a la cama! No importa si no se acuerdan bien de tu nombre... poneme el nombre que quieras y hacé lo tuyo! Liiiiiiiiiindo!!! Pucho después y largas charlas sin sentido hasta quedarse dormidos. Suena tu despertador para ir al laburo y lo ves a él, todo melenudo y despatarrado en la cama que te dice que faltes, que no vayas, que un ratito más, que uno más. Y una se tienta. Es así como terminás corriendo al subte, metiéndote a la fuerza en cualquier vagón, corriendo por las escaleras de la combinación y llegás al trabajo con cara de "qué difícil es viajar en esta ciudad". La culpa de todo la tiene el subte; menos, la de la sonrisa plantada en el medio de la jeta que no te la sacás en todo el día. Y no volvés a saber de él hasta que los astros se alineen. Y vuelta a empezar.

Anoche soñé que tenía las llaves de la casa vieja de él y yo entraba. Él no estaba. Yo le avisaba por teléfono que lo esperaba ahí; él, por supuesto, nervioso, me dijo que iba enseguida. Y ahí estaba yo; en medio de sus cosas antiguas. Entré en la habitación de los chicos y me puse a ordenarla. No sé bien qué era lo que quería ordenar; no sé bien qué era lo que quería encontrar. Creo que la batería. Las cortinas estaban bajas y yo me iba guiando por la media luz, lo que tocaba y lo que podía escuchar. Atenta.
Ordené, desordené. Él llegó; yo lo escuché y seguí con mi tarea. Desacomodé y volví a acomodar. Un orden nuevo.
Cuando terminé, salí y me esperaba con unos mates. Nos sentamos, cruzamos unas pocas palabras y compartimos un rato más en silencio.
No tenía ganas de cogérmelo. Sentía pena por él.
Fin del sueño.

Ahora: si no tenía ganas de entrarle como helado de dulce de leche, ¿significa que él va a votar a Macri y no lo está queriendo blanquear?
apa... qué bomba te tiré!